Los estafadores están aprovechando la enorme popularidad de los muñecos coleccionables Labubu y, a través de falsos sitios web y anuncios en redes sociales, consiguen que los consumidores compren “Lafufu” falsos o pierdan cientos de euros sin recibir nada en absoluto. Descubre cómo protegerte para evitar convertirte en la próxima víctima.
El fenómeno viral que captó la atención de los ciberdelincuentes
Si aún no has oído hablar de los muñecos Labubu, pronto vas a descubrir por qué se han convertido a la vez en una obsesión cultural y en una pesadilla para la ciberseguridad. Estos pequeños peluches de aspecto travieso y dientes afilados se han hecho muy populares gracias al apoyo de famosos como Rihanna, Dua Lipa y Lisa, de BLACKPINK, y a los vídeos virales de unboxing en TikTok.
Creados por el artista de Hong Kong Kasing Lung, estos coleccionables, que vende en exclusiva Pop Mart desde 2019, vienen en una caja sorpresa que cuesta entre 15 y 25 euros, y han generado una demanda tal que las escasas versiones “secretas” están a la reventa por miles de euros. Los fans hacen cola durante horas en las tiendas de Pop Mart e incluso viajan al extranjero para hacerse con Labubus auténticos. Y allí donde hay una demanda viral y una oferta limitada, siempre hay un ciberdelincuente.
Anatomía de una operación de estafa moderna
La magnitud del problema
La organización Better Business Bureau (BBB) ha recibido más de 76 denuncias de consumidores que pensaban que estaban comprando muñecos Labubu auténticos, pero en cambio, recibieron versiones falsificadas apodadas “Lafufus” o, lo que es peor, nada en absoluto. Algunas víctimas declaran pérdidas de casi 500 euros en una sola transacción fraudulenta.
Cómo funcionan estas estafas
El vector de ataque es inquietantemente familiar pero devastadoramente eficaz:
1. Infiltración en las redes sociales: los estafadores inundan TikTok e Instagram de anuncios patrocinados que presentan muñecos Labubu de “edición limitada” a precios rebajados.
2. Creación de sitios web falsos: las tiendas online, con un aspecto profesional, imitan la marca oficial de Pop Mart y añaden términos que sugieren urgencia, como “existencias limitadas” y temporizadores de cuenta atrás.
3. Obtención fraudulenta de pagos: una vez que las víctimas introducen los datos de pago, los estafadores envían falsificaciones de mala calidad o bien se esfuman.
4. Desaparición digital: cuando se acumulan las quejas, de un día a otro, la operación desaparece por completo para resurgir con un nuevo nombre de dominio.
Las plataformas más peligrosas
La organización BBB ha identificado concretamente estas operaciones de estafa:
- Kawaii Room
- Culto Neo
- Bubulands
- Bears R Us
- Labubu Fantasy
Además, los directos de TikTok que afirman ser de “Pop Mart USA” han sido especialmente problemáticos, ya que usan tácticas de venta agresivas y temporizadores de cuenta atrás falsos para que el consumidor crea de que debe comprar inmediatamente.
Signos de alerta que hay que reconocer
Señales de advertencia en sitios web
- Precios muy inferiores a los de venta al público (aproximadamente 15-25 euros por un Labubu auténtico)
- Dominios en los que los nombres de marcas oficiales tienen algún ligero error ortográfico
- Ausencia de información de contacto verificable o de servicio de atención al cliente
- No hay marca oficial Pop Mart ni información sobre licencias
- Mensajes de email de confirmación de pedido genéricos, sin los datos oficiales de la empresa
Anuncios patrocinados en TikTok o Instagram promocionando “ofertas exclusivas”
Estos anuncios fraudulentos están diseñados para parecer legítimos y a menudo presentan fotografías profesionales de los productos robadas de los canales oficiales de Pop Mart. Los anuncios suelen ofrecer descuentos poco realistas, como “50 % de descuento en la edición limitada de Labubu” u ofertas similares que parecen demasiado buenas para ser verdad. Los textos promocionales enfatizan la falsa urgencia con frases como “¡Últimas 24 horas!” o “¡Solo quedan 100!” para presionar a los consumidores para que compren ya y sin la debida consideración.
Las señales de advertencia incluyen enlaces que redirigen a dominios distintos de popmart.com o de la tienda oficial de Pop Mart en Amazon, lo que indica que se trata de operaciones fraudulentas. Estos anuncios suelen proceder de cuentas con nombres genéricos o perfiles creados recientemente que tienen solo un breve historial de publicaciones, lo que sugiere que se crearon específicamente con fines de estafa. Las secciones de comentarios están totalmente desactivadas o bien contienen críticas positivas descaradamente falsas, diseñadas para dar idea de que provienen de clientes satisfechos.
Los estafadores suelen utilizar terminología no oficial o escriben “Labubu” con errores ortográficos deliberados, y a veces usan intencionadamente variaciones como “Lafufu” para evitar ser detectados por los algoritmos de las plataformas que identifican y eliminan contenidos fraudulentos relacionados con nombres de marcas oficiales.
Transmisiones en directo con temporizadores de cuenta atrás que dan sensación de urgencia
Las transmisiones en directo en TikTok se han convertido en un vector especialmente peligroso para las estafas relacionadas con peluches Labubu, que funcionan como sofisticadas campañas de manipulación psicológica. Estos directos son supuestamente de “Pop Mart USA” y funcionan hasta 12 horas diarias, utilizando temporizadores de cuenta atrás que se reinician una y otra vez para crear una falsa sensación de urgencia. Los presentadores anuncian una “reposición de stock” o “nuevo inventario disponible”, ambas afirmaciones falsas, y dan solo unos segundos para comprar desde que se lanzan los artículos para evitar que el comprador se pare a pensarlo.
La manipulación incluye chats llenos de comentarios positivos falsos de cuentas de bots, así como códigos QR mostrados en la transmisión que, aunque parecen auténticos, llevan a sitios web fraudulentos. Muchos presentadores visten ropa de la marca Pop Mart o exhiben productos auténticos mientras venden las falsificaciones, y usan lenguaje oficial para el título del directo, como “Evento oficial de reabastecimiento de Pop Mart”, para aumentar su credibilidad.
Varias cuentas similares que dicen ser comercios oficiales
Los estafadores crean redes de cuentas falsas interconectadas para ganar credibilidad y llegar a un público más amplio. Estos perfiles utilizan variaciones de nombres como “Pop Mart USA” o “Tienda oficial de Labubu”, imitando el estilo oficial de Pop Mart y los datos de contacto. Para las fotos del perfil usan el logotipo de Pop Mart o fotografías de productos oficiales sin permiso, y participan en promociones cruzadas entre cuentas falsas para crear una sensación de legitimidad.
Estas cuentas fraudulentas mantienen recuentos de seguidores inflados artificialmente mediante redes de bots e historiales de publicaciones que bien son muy recientes o bien tienen contenido robado de cuentas oficiales. Las publicaciones son irregulares, lo que puede ser indicio de una gestión automatizada o subcontratada, mientras que la interacción y los comentarios parecen coordinados, no reales.
Códigos QR y “pruebas de autenticidad” falsas
Los elementos de “comprobación” visual parecen legítimos, pero en realidad han sido manipulados para engañar a los consumidores. Los códigos QR redirigen a sitios web de verificación falsos, en lugar de al sistema oficial de Pop Mart, y los certificados o sellos de autenticidad utilizan una marca similar, pero no idéntica, a la de los materiales oficiales. Los estafadores utilizan fotos de productos Labubu auténticos para “demostrar” su legitimidad, pero envían falsificaciones, con números de serie o códigos de lote que no coinciden con los sistemas de numeración reales de Pop Mart.
El engaño incluye pegatinas holográficas o elementos de seguridad de aspecto similar pero que carecen de métodos de verificación adecuados, capturas de pantalla de “apps de autenticación” que son aplicaciones falsas creadas por los estafadores, así como referencias a la verificación mediante servicios de terceros que, en realidad, no autentican los productos Pop Mart. Puede que se muestren embalajes auténticos, sin embargo, los productos que se envían vienen en cajas genéricas o falsificadas.
Señales de alerta al pagar
Hay varias señales de advertencia que indican operaciones fraudulentas. Los estafadores suelen solicitar el pago a través de aplicaciones P2P, como Bizum o CashApp, evitan implementar procesos de pago seguros o certificados SSL, y hacen que sea imposible cancelar los pedidos inmediatamente después de realizarlos. El servicio de atención al cliente no suele responder después de recibir el pago, lo que deja a los consumidores sin recursos.
Detectar un Labubu auténtico de uno falso
Características auténticas del Labubu
Los muñecos Labubu auténticos tienen exactamente nueve dientes puntiagudos, lo que sirve como identificador clave de su autenticidad. Presentan una tez de color melocotón pálido con un tono específico y tienen el logotipo oficial de Pop Mart estampado en la planta de un pie. Los productos auténticos vienen en un paquete adecuado con códigos QR legítimos y pegatinas holográficas, e incluyen sellos de autenticidad que pueden verificarse mediante el sistema oficial de Pop Mart.
Señales de alerta de un “Lafufu” falsificado
Las versiones falsificadas presentan varios signos reveladores de fraude. Estos juguetes falsos tienen más o menos de nueve dientes, colores o expresiones faciales distintas, y la marca Pop Mart no aparece o es falsa. El material es claramente de mala calidad y el paquete no incluye códigos QR verificables que conecten con los sistemas de autenticación oficiales.
Tu plan de acción de ciberseguridad
Protegerse de estas estafas requiere un enfoque de varios niveles, empezando por comprar exclusivamente a través de canales oficiales. Compra solo en el sitio web oficial de Pop Mart en popmart.com o en su tienda verificada de Amazon para garantizar la autenticidad. Antes de realizar compras en comercios desconocidos, busca siempre “[nombre del sitio web] + estafa” para verificar su legitimidad.
Utiliza formas de pago seguras que ofrezcan protección contra fraudes y opciones de impugnación, en particular, tarjetas de crédito, en lugar de aplicaciones de pago entre personas (P2P). Sé extremadamente escéptico en cuanto a anuncios en redes sociales, especialmente si crean una sensación de urgencia artificial o te presionan para que compres inmediatamente.
Si has sido víctima de la estafa
Si descubres que te han estafado, documéntalo todo inmediatamente guardando capturas de pantalla, mensajes de email y registros de transacciones. Ponte en contacto con la mayor brevedad con la entidad emisora de tu tarjeta de crédito o con tu banco para impugnar los cargos e informa de la estafa al INCIBE. Presenta denuncias ante el organismo encargado de la protección contra estafas, para ayudar a las autoridades a seguir la pista de estas operaciones delictivas.
Recuperación financiera
Solicita la devolución del cargo a través del proveedor de tu tarjeta de crédito y aporta toda la documentación que demuestre la falsedad de los artículos recibidos. Evita utilizar aplicaciones P2P en futuras compras, ya que estas apps ofrecen una protección limitada contra el fraude y menos opciones de recuperación cuando se producen estafas.
Implicaciones de mayor alcance para la ciberseguridad
La estafa de los Labubu representa una evolución preocupante de las tácticas de los ciberdelincuentes, que demuestra lo rápido que pueden convertir en armas las tendencias virales para crear sofisticadas redes de fraude. Estas operaciones aprovechan la psicología del consumidor, lo que se conoce como FOMO (o miedo a perderse algo), así como una supuesta escasez del producto para presionar a las víctimas a tomar decisiones financieras precipitadas.
Hay varios factores que hacen que esto sea especialmente peligroso, tanto para los consumidores como para los profesionales de la ciberseguridad. La velocidad de adaptación permite a los estafadores crear operaciones falsas convincentes a los pocos días de que haya surgido una tendencia, mientras que la capacidad de propagación de las redes sociales hace que las plataformas tengan dificultades para identificar y eliminar rápidamente el contenido patrocinado fraudulento. El alcance internacional de muchas operaciones dificulta la cooperación de las fuerzas del orden, y los grupos demográficos afectados suelen incluir a consumidores de la Generación Z, que aunque suelen ser los primeros en adoptar las tendencias, carecen de experiencia en fraudes sofisticados.
Respuesta del sector y perspectivas de futuro
Pop Mart lleva tiempo luchando contra las falsificaciones, pero la naturaleza distribuida del fraude online hace que sea un desafío continuo. Las plataformas de redes sociales van mejorando poco a poco sus procesos de verificación de anuncios, aunque los estafadores siguen encontrando la forma de aprovechar las vulnerabilidades del sistema.
Los funcionarios de aduanas internacionales han empezado a confiscar cargamentos de muñecos Labubu falsificados, y hay incautadas cientos de miles de unidades falsas en operaciones recientes. Sin embargo, dado lo atractivo de los márgenes de beneficio de estas estafas, continúan lanzándose nuevas operaciones con regularidad, mientras los ciberdelincuentes adaptan sus tácticas para evitar ser detectados.
Cómo proteger a la nueva generación de consumidores
Como profesionales de la ciberseguridad y consumidores informados, tenemos la responsabilidad de concienciar a los demás sobre estas amenazas en evolución. La estafa de los Labubu no será la última que usen los ciberdelincuentes para aprovecharse de fenómenos culturales virales; representa el ejemplo más reciente de un método cada vez más sofisticado que saca partido de la psicología del consumidor y las tendencias sociales.
La protección de los consumidores requiere vigilancia y formación constantes. Verifica siempre la autenticidad de los vendedores antes de facilitar datos de pago, desconfía de las ofertas que parezcan demasiado buenas para ser ciertas y utiliza formas de pago que ofrezcan protección contra el fraude y opciones de impugnación. Denuncia las sospechas de estafa ante las autoridades competentes para ayudar a proteger a otros consumidores de daños similares.
La intersección entre cultura viral y ciberdelincuencia tiene visos de ser cada vez más compleja a medida que las tendencias digitales se aceleren y las operaciones delictivas se vuelvan más sofisticadas. Si nos mantenemos informados sobre estas tácticas y compartimos conocimientos con nuestras comunidades, podemos reducir la tasa de éxito de estas operaciones y proteger a los consumidores de daños financieros.
Recuerda que, en lo que respecta a tendencias virales y compras online, una buena dosis de escepticismo no es cinismo; es la mejor recomendación para la ciberseguridad. El coste de la verificación es siempre menor que el coste de la victimización.